12/31/2008

¿Qué quieres que te haga?(Todamujer.com)


Se la llama de distintas formas, ¿no?. Veamos algunas cuestiones de esto de "ir a la cama". Bueno, o a donde más guste: a la cocina, al balcón, a la terraza, al baño, en fin a elección es personal (personal de a dos, claro).
Sea con el nombre que sea, sea donde sea y de la forma que sea, hay múltiples variedades, diríamos infinitas posibilidades. Lo que sí se espera es que sea totalmente libre, en donde ninguno tenga que esconder, ocultar, precaverse, cuidarse de las formas. Es una de las poquísimas relaciones en donde cada uno puede mostrarse como es, quien es.Otra de las características determinantes y distintivas del encuentro sexual es la fusión con el otro para luego poder “desprenderse” nuevamente como persona, culminando en su máxima expresión de exaltación en lo que llamamos "el brote orgásmico", no hay palabras para describirlo fehaciente y totalmente, se traspasa por sensaciones de locura o muerte llegando posteriormente a un relax espectacular.
Llegar al orgasmo resulta ser adecuadamente una finalidad de las relaciones sexuales. No por ello hay que dejar de gozar relaciones sexuales sin orgasmo de alguno o de ninguno. Los demás momentos de la relación sexual son tan importantes y necesarios como el orgasmo, disfrutar a pleno de cada uno de ellos sin objetivos determinados más que ese disfrute mutuo es la cuestión.
Tan lejos, tan cerca
Cuando comienza una relación, hay temores y dudas en la cama… ¿Le gustará lo mismo que a mí? ¿Hará las cosas que me gustan, como a mí me gustan? ¿O, yo haré las cosas que le gustan, como le gustan? Cuando hay química, todo indica que en algún momento pasará, que el sexo será más y más atrevido y quizás, en algún momento, cada uno se acerque al ideal del otro.

Pero cuando una mujer dice "hazme lo que quieras" está diciendo "hiciste todo lo que me gusta, como a mi me gusta y quiero hacer todo lo que te gusta como te gusta". Quiere decir que tiene todo lo que desea de una relación sexual y está dispuesta a dar todo para que él lo tenga también.
No importa qué es lo que tú quieras, ni cómo ni cuándo, tampoco importa qué es lo que yo quería, ni lo que ella esperaba. Fuera lo más inocente o lo más depravado, lo que vale, lo que importa, es la entrega. Además, cuando un hombre escucha esas palabras, siente realizado ese insalvable deseo machista de posesión. Al menos en ese instante, esa mujer es totalmente tuya, y es totalmente tuya porque quiere serlo y disfruta con ello, porque es lo que realmente más desea. Ese instante podrá durar esa noche, un año o una vida, podrá morir, podrá convertirse en amor o podrá seguir siendo pasión.
Cuando el hombre escucha "Hazme lo que quieras" de parte de una mujer. Estas palabras no creo las provoque el champagne, sino un sentimiento de entrega que se da al recibir, percibir, con cada centímetro de piel la entrega y el placer mutuo. Y la confianza que esto implica: me puedo desbordar, puedo abrirme a todo, el otro me "com-place".
¿Será lo mismo que siente una mujer cuando escucha.."Que quieres que
te haga"?

12/29/2008

Cómo evitar la monotonía en el sexo(Shere Hite )

Shere Hite.- Una mujer me escribe sobre su relación estable, para decir que el sexo se ha vuelto monótono, que quiere hacer cambios: pero ¿cómo? Para empezar no se le ocurre cómo excitar a su marido sin que haya penetración.
Escribe: "Soy una mujer de 35 años, él tiene 42, y desde hace 13 comparto mi vida con él. Ahora, nuestras relaciones sexuales están cayendo, por mi culpa, en la monotonía y no quisiera perderlo por esto.
"Veo que él ha aprendido a darme el placer que necesito, pero yo no le correspondo del mismo modo. Al principio había mucha excitación y mucha pasión cuando estábamos en la cama... Luego eso se acabó. Entonces él cambió su forma de hacerme el amor y simplemente le sigo... Pero llega el momento de que yo innove y no sé cómo hacerlo. No sé cómo excitarle si no es dirigiendo todo hacia la penetración".
Es un sentimiento legítimo. Es una pregunta sincera de una mujer que afronta con realismo sus sentimientos y sus costumbres; no existe ninguna solución automática, porque todos y cada uno estamos intentando transformar la sexualidad de forma individual, sin ninguna guía, y es lo que hace que todos nuestros cambios sean tan interesantes.
Está bien que ella haya sido capaz de expresar el dilema con palabras y señalar que no encuentra otra manera de practicar el sexo que la penetración o el coito, una especie de dependencia de la penetración como solución erótica. El hecho de ofrecerse para que su marido la penetre es su forma fundamental de construir una relación sexual con él, su fórmula sexual, como si dijéramos (una contribución real, por cierto, pero que la mayoría de los hombres dan por descontada en la mujer, que no consideran algo que ella les ofrece, sino a lo que le obliga su naturaleza).
¿Cómo podemos resolver este dilema las mujeres? ¿Cuál es el auténtico dilema? Si las mujeres descubren que otras actividades constituyen más fuentes de erotismo que el coito (cosa que también puede ocurrirle a muchos hombres), ¿cómo puede redefinir el sexo la mujer? Aunque sepa lo que le da placer y lo que le excita, ¿cómo hacer participar al hombre en ese nuestro modelo erótico? ¿Y cuál sería dicho modelo? La lectora ha puesto el dedo en la llaga del problema con su inteligente observación.
Por supuesto, algunos hombres no quieren elaborar un tipo alternativo de sexualidad que no se centre en el coito (otros sí), de forma que gran parte de este dilema depende de la mente del hombre. Además, aunque el varón proporcione a su pareja estimulación manual u oral para conseguir que ella tenga un orgasmo antes o después del coito -cosa que está muy bien-, con eso no evitará caer en la fórmula y sus presiones.
He aquí una sugerencia: intenten empezar a considerar que lo mejor del sexo es crear un estado con gran descarga de erotismo y excitación, no la penetración. Intenten que el objetivo del sexo sea el hecho de estar completamente excitados, no el acto. Creer que todo lo que no sea el acto es menos importante, o secundario, impide abrir un campo más vasto para las relaciones.
Los fuertes sentimientos eróticos del deseo afectan la base de una relación, hacen que la persona se sienta renacida y llena de energía, dispuesta a querer al mundo y a todos sus habitantes, capaz de subir a las montañas más altas. Ese erotismo y esa alegría suelen aparecer cuando la persona se entrega, se muestra vulnerable y abierta, con lo que hace que el sexo deje de ser una fórmula predecible y lo convierte en una búsqueda mutua, un juego que hace más intensa la comunicación física sin palabras, y crea el deseo.

El tabú sexual entre madre e hija(Shere Hite)Todamujer.com

Mi hipótesis es que las niñas aprenden una de las partes esenciales de la identidad sexual femenina cuando tienen entre uno y tres años de edad. Que yo sepa, las teorías psicológicas no han comentado nada al respecto.
Hoy pensamos que madres e hijas tienen una relación verdaderamente liberada –¡y desde luego las cosas no han mejorado! En el fondo veo que hay un trauma significativo que se produce en las primeras etapas de la relación y que sigue existiendo hoy en día. Se trata de un hecho que determina las relaciones femeninas para el resto de sus vidas.
Una niña de entre uno y tres años advierte que el cuerpo de su madre es distinto al suyo: su madre tiene senos, caderas redondeadas y vello púbico. Siente curiosidad por esa parte mágica del cuerpo de su madre, la parte de la que nació ella, y tiene muchas preguntas.
El cuerpo de un niño no es tan diferente al de su padre; es una especie de versión en miniatura. Además, el niño puede ver el pene de su padre (en la ducha, mientras se viste), pero la vulva de la madre no es visible casi nunca; es más, la hija no puede ver ni siquiera su propia vulva, si no es con un espejo.
De forma natural, una niña pequeña quiere mirar y tocar, explorar el cuerpo de su madre, descubrir en qué se diferencian. Pero enseguida aprende que no debe hacerlo. Cuando alarga la mano para tocar a su madre en esos sitios, la madre retrocede y se aparta nerviosa. Es la primera lección que recibe la hija sobre cómo relacionarse con otra mujer. ¿Por qué no habló Freud de esta etapa tan importante? Aunque la hija crece sabiendo, en su fuero interno, que su madre es sexual (a falta de otra palabra mejor), externamente debe adoptar una conducta que niegue ese conocimiento; mostrarse demasiado interesada en el cuerpo de su madre parecería vulgar e inapropiado.
Este hecho prepara el terreno para las relaciones entre las mujeres adultas. Las relaciones posteriores siguen teniendo ese punto ciego, los ojos apartados, la conciencia instintiva de que el único comportamiento apropiado con otra mujer es no mostrar nuestro cuerpo sexual, no mirar el cuerpo de la otra. Es decir, el miedo o la distancia psicológica entre las mujeres comienza en los primeros años de la relación entre las hijas y las madres.
Otra forma de verlo: aunque no solemos pensar en la madre en este sentido, lo cierto es que ella es el centro erótico del hogar. ¿Por qué? Toda hija (y todo hijo) sabe que en otro tiempo estuvo dentro del útero de su madre y que pasó la cabeza por su vagina; pero su cabeza nunca debe volver a acercarse a esa zona. En definitiva, que nunca debe volver a intentar tocar o ver esa parte del cuerpo de mamá; está rodeada de un profundo tabú. (El hijo aprende de la sociedad que, cuando crezca, verá el cuerpo de una mujer y se sentirá próximo a él). Todo ello genera una fuerte mística sexual a propósito de las madres, sobre todo en las niñas.

12/28/2008

Sexo (ALIPSO.COM)


Los dramáticos cambios físicos de la adolescencia pueden llegar a ser muy preocupantes para algunos adolescentes, especialmente para aquellos que son tímidos y que no desean hacer preguntas al respecto. En el otro extremo, las preocupaciones pueden ponerse de manifiesto en forma de presunción excesiva tanto sobre su capacidad sexual como sobre sus experiencias. Más de la mitad de los adolescentes tendrán su primera experiencia sexual completa antes de los 16 años. Aquellos que comienzan tempranamente con relaciones sexuales tienen un mayor riesgo de embarazos no deseados y de problemas de salud. Los nuevos riesgos para la salud que suponen la infección por HIV y el SIDA constituyen una preocupación adicional.Además, un adolescente puede no estar seguro de su orientación sexual, sobre si es homosexual o no. Esta preocupación puede ser compartida por sus padres.El apoyo sensible, una guía clara e información exacta acerca de estos diferentes aspectos de la sexualidad son muy apreciados por los adolescentes ya sean procedentes de sus padres, del colegio, del médico de cabecera o de los centros de orientación familiar.La mayoría de los adolescentes son bastante cuidadosos a la hora de la elección de sus parejas. La promiscuidad sexual y la relaciones de riesgo repetitivas sin protección suelen ser signo de la presencia de problemas emocionales subyacentes, aunque también pueden reflejar un estilo de vida al límite - los adolescentes que asumen riesgos en algunos aspectos de su vida tienden a asumirlos en otras facetas de la misma.EmocionalesLa investigación ha puesto de manifiesto que cuatro de cada diez adolescentes en algún momento se han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de todos. En el transcurso de su adolescencia uno de cada cinco adolescentes piensa que la vida no merece la pena vivirla. Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede no ser evidente para los demás. Las ingestas alimenticias excesivas, la somnolencia y las preocupaciones excesivas sobre su apariencia física pueden ser también signos de malestar o disconfort emocional. De forma más obvia, pueden aparecer fobias y ataques de pánico. Los estudios recientes han demostrado que los problemas emocionales del adolescente no suelen ser reconocidos ni siquiera por sus familiares o amigos.

12/27/2008

INFERTILIDAD MASCULINA

Según la Organización Mundial de la Salud, la infertilidad se define como la incapacidad para lograr el embarazo en parejas sexualmente activas que llevan más de un año sin usar métodos de planificación familiar.
Lo sorprendente es que años atrás se pensaba que la
infertilidad se debía exclusivamente o casi siempre a factores femeninos. Era normal ver que el hombre consideraba la infertilidad como un asunto de su pareja y que él no podría ser la causa de la infertilidad, por lo cual no se realizaba exámenes de laboratorio. Lo interesante es ver que en la medida que han avanzado los estudios de infertilidad, se ha encontrado que en la actualidad hasta el 50 % de los causas de infertilidad se deben a factores masculinos.
Sí, en casi la mitad de los casos el hombre es la causa de la
infertilidad, lo cual a simple vista puede parecer increíble, pero definitivamente es cierto. Entre las causas de infertilidad masculina se encuentra que en la mayoría de las veces no es posible determinar cuál es el origen de esta ( infertilidad masculina idiopática ).
Existen otros casos de
infertilidad masculina en los que sí se puede encontrar la causa como son el varicocele, las infecciones, los factores inmunes, cromosómicos y ocupacionales entre otros.
Es muy importante concientizar a la población masculina que la
infertilidad ya no es un asunto femenino, sino que el hombre cobra cada vez más importancia en el diagnóstico y tratamiento. Por lo anterior, toda pareja que consulte por infertilidad, debe comenzar el estudio desde el punto de vista masculino con mínimo un espermograma que debe ser valorado por un urólogo que maneje fertilidad para poder establecer si existe un factor modificable que pueda ayudar en el tratamiento.
Es definitivo resaltar que el espermograma de estudio de fertilidad masculina, tiene unos parámetros especiales que son necesarios definir con claridad antes del tratamiento. Es decir, no todo espermograma servirá para establecer la fertilidad masculina, ya que no todos los laboratorios utilizan los parámetros adecuados. El trabajar por más de cinco años con infertilidad masculina me ha enseñado que los espermogramas de fertilidad deben realizarse en centros especializados, ya que en muchos casos las muestras realizadas en laboratorios no especializados, dan resultados que no reflejan la realidad y por lo tanto generan diagnósticos equivocados y tratamientos erróneos.
Por lo anterior recuerde que si usted y su pareja están buscando un embarazo y llevan más de un año y no lo han logrado, deben consultar a especialistas que manejen infertilidad, para así poderle colaborar en el tan anhelado sueño de tener un hijo. Permítanos ayudarles. Más de cinco años de experiencia en estudio de infertilidad masculina, me ha permitido lograr un enfoque práctico de esta patología. DR. FABIÁN HERNÁNDEZ SALAZAR

IMPOTENCIA



Una de las patologías más temidas por los hombres es la aparición de la impotencia. Es muy frustrante para la vida sexual de una pareja, independientemente de la edad, el ver que día tras día la erección va disminuyendo y el hombre sólo asiste como un testigo sin poder actuar, hasta que ve que su impotencia se incrementa. El ya no quiere tener relaciones por temor a la impotencia. La simple idea de tener una relación sexual con su pareja le genera un miedo irracional ya que se siente como si “tuviera un examen de sexo que tiene que aprobar por cualquier medio “. Ella, se siente confundida y la primera reacción es pensar que él ya no la quiere o que tiene otra y eso le genera pesar. Muchas veces los dos simplemente callan y sólo pueden observar como la impotencia aumenta y poco a poco su vida sexual fracasa. Esto no debe ser así.
La
impotencia se define como "la incapacidad repetida de lograr mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria". La impotencia es más frecuente de lo que se piensa. Un estudio en Masashuset mostró que el 52 % de hombres mayores de 40 años tenían algún grado de impotencia. Y el estudio DENSA encontró impotencia en el 53 % de hombres mayores de 40 años en el norte de Suramérica (Colombia, Venezuela y Ecuador). Sí, así como lo lee, más del 50 % de los hombres mayores de 40 años presenta algún grado de impotencia. Es decir, que el problema no es sólo suyo. Muchos más hombres de los que usted piensa presentan esta enfermedad que amerita un diagnóstico claro y un tratamiento adecuado.
Existen muchas causas de
impotencia o disfunción eréctil, pero se pueden agrupar básicamente en tres categorías:as, psicológicas o una combinación de las dos. Actualmente contamos con una gran cantidad de tratamientos, los cuales buscan ayudarlo a reiniciar una vida sexual satisfactoria y plena, de manera que por qué esperar ?
La aparición de nuevas moléculas orales en años recientes para manejar la
impotencia (sildenafil, vardenafil y tadalafil) ha generado un auge sin precedente en la industria farmacéutica, pero cuidado, no olvide que éstos son medicamentos y como tal tienen indicaciones, contraindicaciones y efectos adversos y por lo tanto deben ser formulados por su médico. Es importante que usted entienda que la disfunción eréctil es una patología que requiere tratamiento y muchas veces detectando las causas tempranas se pueden lograr adecuados resultados. Por ejemplo en algunos pacientes diabéticos, la impotencia puede ser el primer signo de la diabetes y si ésta se maneja adecuadamente los resultados serán satisfactorios, igualmente sucede con patologías como por ejemplo la hipercolesterolemia y la hipertrigliceridemia.
Actualmente la medicina cuenta con múltiples manejos para la disfunción eréctil, pero recuerde que no existen enfermedades sino enfermos y lo importante es buscar la terapia adecuada para cada paciente y por eso es importante no automedicarse, debe consultar a su médico para establecer el tratamiento indicado en usted.Dr. Fabián Hernández Salazar